Lo malo de los buenos momentos, es que tienen la posibilidad latente de terminar en algún punto, dejando un sin-sabor en la vida. ¿Dramático? quizá, pero no por ello deja de ser digno de reflexión. Pero no tiene nada de inapropiado considerarlo, no es más que el flujo de la vida siguiendo su curso, no puede uno cegarse a creer que la "felicidad" es eterna. Lo anterior no quiere decir, que he de resignarme a vivir la vida del amargado, que anda con temor constante y recurrente... Esperando, cual fatalista, el instante en que las buenas cosas empiezan a salir mal. Sin embargo, tampoco quiero vivir la vida del modo contrario, buscando las buenas cosas en los momentos de tristeza. No deseo resignarme al cliché de "No hay mal que por bien no venga". ¿Por qué le damos la espalda a la realidad con pensamientos y frases tan cobardes como esas?, ¡No podemos esperar que la vida esté cargada de momentos agradables y menos (MUCHO MENOS) ...
Digo puras mentiras y las paso por verdades... O digo puras verdades y las paso por mentiras... Depende, como todo en esta vida, del ojo que lo mire.