Lo malo de los buenos momentos, es que tienen la posibilidad latente de terminar en algún punto, dejando un sin-sabor en la vida. ¿Dramático? quizá, pero no por ello deja de ser digno de reflexión. Pero no tiene nada de inapropiado considerarlo, no es más que el flujo de la vida siguiendo su curso, no puede uno cegarse a creer que la "felicidad" es eterna. Lo anterior no quiere decir, que he de resignarme a vivir la vida del amargado, que anda con temor constante y recurrente... Esperando, cual fatalista, el instante en que las buenas cosas empiezan a salir mal.
Sin embargo, tampoco quiero vivir la vida del modo contrario, buscando las buenas cosas en los momentos de tristeza. No deseo resignarme al cliché de "No hay mal que por bien no venga". ¿Por qué le damos la espalda a la realidad con pensamientos y frases tan cobardes como esas?, ¡No podemos esperar que la vida esté cargada de momentos agradables y menos (MUCHO MENOS) buscar sacar provecho de cada suceso que acontece en nuestra existencia!. "Vive cada día de tu vida, como si fuese el último", ¿Desde cuando los momentos se convirtieron en algo que pueden exprimirse cual fruto jugoso? La vida es como viene, no como queramos que sea. ¿Dígame usted, donde saca jugo a una ruptura amorosa, a un funeral, a una enfermedad grave, a un fracaso académico o laboral?
"¡Oh ! hombre deprimido y resentido con la vida ¿Cómo osa sugerir que nos dejemos abrumar por los problemas de la existencia?... Es usted un insensato" Clamará alguno, no será jamás mi posición. Lo que quiero proponer aquí, es que dejemos de "ponerle buena cara al mal tiempo", que aceptemos los problemas y dificultades tal cual son y dejemos de evadirlos y engañarnos con que todo puede estar mejor.... Puede que si, puede que no, ¡Nadie tiene esa certeza! Es incluso injusto, que tengamos que mostrar nuestra falsa sonrisa cuando algo nos aflige, ir derrochando alegría por el mundo, cuando estamos destruidos por dentro. ¿Por qué lo hacemos? ... ¡Oh la sociedad que es injusta consigo misma!... No tenemos derecho a mostrarnos débiles... O por lo menos, no sin que todo se vuelva un espectáculo completamente inusual para los transeúntes. Increíble la inquietud que genera ver a alguien sufriendo en público... ¿Prohibido hacerlo?... No... pero terminamos recibiendo miradas de compasión.. (Casi morbosas si he de ser preciso).
Llorar se ve limitado a lo privado, sea la soledad o sea nuestro círculo cerrado. Qué inusual es ver llanto en la calle, en la universidad, en el trabajo. Todos en algún momento sufrimos por alguna razón, algunas más banales que otras... pero si todos lo hacemos... ¡¿Por qué esconderlo?!... Que seres tan peculiares que somos... restringiendo siempre lo natural... Prohibimos desnudar el cuerpo fuera de lo privado... Y encontramos inusual desnudar el alma. ¡No hagas escándalo! ¡DEJA EL BERRINCHE! ¿QUÉ PENSARÁ LA GENTE?... Qué más da lo que piensen, ¿Acaso son ellos los que cargan con mis lágrimas?
Que confiado hablo yo y con que soberbia... Pero soy el primero en taparme la cara para que no vean cómo el dolor a veces se trepa en mi vida... Y todos... todos, nos limitamos a decir "Estoy bien"... Porque la mentira nos evita hablar de lo que nos aqueja, claro, porque detestamos que nos miren con bajeza, tememos que nos juzguen... Tememos y tememos, pero andamos por el mundo aparentando lo que no sentimos. Preferiría profesar dichos más realistas como "al mal tiempo mala cara" y "cuando la noche está más oscura, no tienes idea alguna de qué tan cerca está el amanecer". El tiempo sana, dicen otros... y no están del todo equivocados, nunca mejoramos ni salimos de la amargura mirándonos al espejo y gritándonos que dejemos de sufrir... Usualmente nos cansamos del drama y nos ponemos de pie para seguir adelante... PERO NO PODEMOS EVITAR EL DOLOR y si eso es así... ¿Para qué le damos la espalda?... ¿No sería mejor... confrontarlo hasta que estemos lo suficientemente hastiados de él, para aceptarlo y... continuar con el curso corriente de nuestra existencia? ...y... también nos toca aprender a convivir con los obstáculos que no tienen solución.
La vida no sería lo que es si todo fuese perfecto, si todos los días nos levantáramos a encontrarle sentido. Dije al principio... la felicidad es efímera... pero eso es lo que la hace tan especial... No aprendemos lo valioso de la tranquilidad... si no pasamos por las turbulencias del diario vivir. Yo... por mi parte, quiero apreciar los buenos momentos, pero no forzarme a encontrarlos... todo ocurre como sea que ocurra, quiera o no, no tengo control sobre los eventos de mi vida... ni siquiera tengo control sobre mi existencia, No sabré qué día es el último. Es natural sentir tristeza, melancolía, ira... quiero dejar de luchar contra eso, así puedo evitar que estallen con más fuerza y se me haga más difícil lidiar con ellas.
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