No escuché el deseo que subyace bajo el yo, no seguí la fuerza de su acto creador. Me he arrodillado ante la fuerza de lo otro, he callado a gritos que de mío connoto. Me he visto expuesto a la brutal disonancia, de eso que rechazo y que permití a sus anchas. No hay deseo malo, pero hay formas que lastiman, no hay deseo bueno, pero hay otras que liberan. Y ante las consecuencias del desequilibrio...Transité dolores, pero hallé respuestas. Si le preguntas al sufrir, puede que te dé lecciones, pero hay otros maestros con mejores estrategias. Y como en el andar me crucé con su escuela...me robé enseñanzas, pero renuncié a sus formas. De lo que aprendí, aunque por oposición, es a trazar líneas con rotundos "no". A presentarme firme ante las fuerzas destructivas, a enterrar los pies en la tierra innegociable. Una de las formas de producir identidad, es en el dicenso, la resistencia y la diferencia. Exclamar "no quiero" es afianzar un yo... "Yo" es todo aquel...
Digo puras mentiras y las paso por verdades... O digo puras verdades y las paso por mentiras... Depende, como todo en esta vida, del ojo que lo mire.