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El último chiste

Mi papá siempre ha tenido un gran sentido del humor. Es por eso que desde que estaba en el vientre de mi madre me he llamado Armando. La verdad no sé cómo mi mamá se dejó convencer de que me pusiera ese nombre. Ella me cuenta que cuando él se lo propuso lo cuestionó  - ¿Cómo le vamos a poner así? ¡Se la van a montar en el colegio! - a lo que él le respondió - Pues desde chiquito aprenderá a reírse de sí mismo, además, el nombre no es feo, ya verás como con el tiempo le coge cariño - Y efectivamente, ambos tenían razón. No tienen idea de la cantidad de veces que me molestaron en el colegio por llamarme como me llamo. Incluso, hasta algunos profesores no podían ocultar la risa cuando me llamaban a lista. Odiaba mi nombre y sentía mucha rabia con mis papás por ponerme así. Sin embargo, es cierto que con el tiempo "Armando" me gusta más. Hoy, 26 años y 8 meses después (no 9, porque mis mamá se enteró al mes que estaba embarazada) siento que es un nombre con carisma y que sirve hasta para romper el hielo cuando me presento con alguien.

Mis primos y tíos también me la montaban por llamarme Armando. Cuando tenía por ahí 12 todos ellos me caían mal, no porque me la montaran, sino que yo era un puberto malacaroso que no entendía de humor. La familia de mi papá siempre ha sido de chistes y risas, y para mí eso estaba mal. "Todos estos son unos huecos que no saben de la vida" pensaba yo en las reuniones familiares mientras los veía tomando y riendo. Era un niño muy picado, y si no miraba a todos por encima del hombro, solamente se debía a que era bien bajito y andaba encorbado - Frente en alto y espalda recta para inspirar respeto - decía mi mamá... Pero con todo respeto, que irrespeto ese respeto. Pues si, la mala postura permanece más de 10 años después, es un rezago que me queda de ese puberto. El otro rezago son arrugas en la frente, alguien de 26 no debería tener las lineas tan marcadas, pero es culpa de que ese niño andaba todo el tiempo con el ceño fruncido. Él y yo somos ahora muy diferentes, yo no me reconozco en absoluto en ese pelao', es como si fuera otra persona. 

"No hay cosa más seria que el humor", fue lo que le aprendí a mi papá y gracias a esa lección también tengo otras arrugas: las famosas patas de gallina, señales de que he sonreído mucho en la vida - y que no he ido al dermatólogo nunca, ni me he echado cremas para cuidarme la piel. 

Por eso es tan raro ver hoy a mi papá tan serio y a mis tíos tan tristes. ¿Qué pensaría el puberto al verlos así? Y al ver a mi mamá, que es la más acongojada. Pobre mi viejita, tiene esos párpados irritados y la nariz roja de tanto llorar. Pareciera que el único que no esta triste soy yo, pero no porque no me duela ver a mi papá tieso ahí en el ataúd - además no sé quién fue el que lo maquilló, tiene una cara de malhumorado que no puede con ella, es todo lo contrario a lo que era mi viejo - sino porque desde que estaba muy pequeño lo he escuchado refunfuñar respecto a los funerales. Si algo odiaba mi papá era ir a un funeral, decía que era de lo más deprimente que existía "si uno se muere deberían celebrarle a uno la vida, poner música, bailar, pero en los funerales todo es lúgubre, todo ceremonial, ritualísitico, qué jartera, lo que hacen es conmemorar la muerte"

Mi papá llevaba como 15 años sin asistir a uno de estos. Él peleaba mucho con mi mamá en la época en la que al menos una vez al año, el nombre de uno de sus conocidos aparecía en los periódicos acompañado de fechas- ¡Pero tenemos que ir! ¡Es irrespetuoso con la familia! - le decía ella, a lo que mi papá le respondía cosas como - Pues por lo menos al muerto no creo que le importe y él es el invitado especial - decía también, que le daba mamera disfrazarse de pingüino para ir a esos eventos - es decir, ponerse trajes, él tenía un raye raro con las corbatas, decía que lo hacían sentir esclavizado - y que "Ni muerto asistiría a un funeral". De pronto por eso tiene sentido que se vea tan malhumorado, está claro que no quiere estar aquí. Perdón viejito, no es mi culpa, ni mi mamá ni mis tíos me dejaron celebrar en la casa y, aunque traté de traer mariachis aquí, la funeraria no me dejó porque supuestamente "no sería respetuoso con los familiares de los otros fallecidos" - de nuevo que irrespeto ese respeto - lo intenté pa, si vas a jalarle las patas a alguien por esta pésima despedida, que sea a los demás y no a mí. 

Eso si, la sala está llena. Parece la feria, pero en vez de niños sonrientes hay viejos carilargos - y no solo porque estén afligidos, sino porque de verdad ya están bien viejos - a mi papá lo conocía mucha gente. Y cómo no, si se hacía querer, tenía eso que los mayores llaman "don de gente". Era un tipo agradable que caía bien donde llegara, era eso que Aristóteles llamaba "eutrapélico", un tipo ingenioso en las relaciones sociales.  Eso si, un poquito machista, un poquito racista, un poquito (un pocotón) derechista - y no es por defenderlo, pero si era "un poquito" comparado con otros hombres de su época, aunque más de una vez tuve discusiones con él por algunos comentarios que hacía o actitudes que tenía - Por eso no es una sorpresa que haya tantas personas despidiéndolo hoy.

Pero no sé cuántos de todos los que están acá conocían realmente a mi papá. Por ejemplo, el tal Mauricio ese, que llegó aquí con una corona enorme que tiene cinta morada que dice "Ernesto Paredes Parra Q.E.P.D". Primero, no sé ese tipo quién es, si fuera importante para mi papá me lo habría presentado, segundo, no a quién se le ocurriría pensar que a mi viejo le gustaría algo así, ostentoso y exagerado ¿Viene a despedirse de mi papá o a decorar interiores? Además, esas coronas no sirven de nada, se las queda la funeraria, seguro que hasta las revenden. Aunque bueno, siendo justos a mi mamá le fascinó, a todos los que saluda, luego de llorar un poco y cruzar unas palabras les dice - ¿vieron la corona que trajo Mauricio? Es hermosa - parece que le da un poco de ánimo. Pero no dejo de pensar que esta es la despedida de mi papá y no un corredor del jardín botánico. 

Lo que me pone a pensar... ¿Cómo reaccionará toda esta gente al ver el epitafio que le hice a la tumba? No me dejaron celebrar en la casa, ni traer mariachis, pero lo que sí quedó a mi cargo fue mandar a hacer la lápida. Y como debe ser, la inscripción la hice respetando el deseo de mi papá. En vida me dijo dos o tres veces - mijo, cuando me muera el mensaje de la lápida debe ser "No hagan bulla que me despiertan" - A mí la primera vez me dio risa y pensé que lo decía molestando, pero cuando me lo repitió en otras ocasiones supe que iba en serio. ¿Será que a la gente también le da risa?... ¿o pensarán que es "irrespetuoso"?. Seguro al Mauricio ese no le haría gracia, porque está claro que no sabe nada de mi papá. Bueno, estoy siendo injusto con él, lo único que quería era tener un detalle con nosotros - aunque podría haber pensado en otra cosa-. En fin, reaccionen como reaccionen, tengo muchas ganas que lo vean. Creo que es el último chiste de mi papá y a lo mejor sirve para animar esta despedida tan triste. Además, ninguna otra persona lo sabe, es una sorpresa para todos, ni siquiera mi mamá - aunque ha tenido tantas cosas en la cabeza que ni se ha tomado el tiempo de preguntarme - soy complice de esta última broma de mi viejo y eso me hace sentir muy feliz.

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Por fin salimos de la funeraria y ahora vamos camino al cementerio. Como siempre, yo voy manejando. Desde hace algunos años yo soy el conductor elegido de mi mamá, eso se debe a que mi viejo era un tipo calmado, agradable... hasta que se ponía detrás de un volante. Conduciendo salía toda la ira que no se asomaba en su cotidianidad y decía todos los insultos que evitaba en sus conversaciones. Parecía otra persona, se irritaba fácilmente y mantenía el puño presionando la bocina. Era tan grave el asunto, que cuando yo era pequeño juraba que "Avemaría" era una ofensa, porque en más de una ocasión mi papá sacaba la cabeza por la ventana y gritaba "¡Hijueputa!, ¡malparido!, ¡aprenda a manejar!, ¡Eh, Avemaría!". Y claro, cuando él manejaba, mi mamá siempre iba muy tensa y no despegaba la mano de la agarradera. Desde el momento en que yo saqué el permiso, me convertí en el chofer de mi mamá - es que Ernesto es todo atarban cuando maneja - me dijo las primeras veces. 

Mi papá va en el automóvil de en frente -y para fortuna del señor del carro funerario, va atrás recostado y no manejando -. El tráfico está relativamente suave, de hecho, para ser un sábado en Bogotá está muy bien, andar por esta ciudad un fin de semana es imposible, pero hoy, vamos andando a buen ritmo. Detrás de nosotros vienen varios conocidos y familiares, es como una flota de carros homenajeando a mi papá. Mi mamá, por su parte, va muy callada y pensativa, al igual que mi primito Arturo y mi tío José que van en los asientos de atrás del carro. Ellos dos querían muchísimo a mi papá. Mi tío y mi papá eran los hermanos más cercanos en edad y por eso se entendían mucho, eran los mejores amigos. Por su parte, para Arturo era como un segundo papá, mi viejo era muy cariñoso con él - claro, era el hijo de mi tío José, como no lo iba querer. La verdad me incomoda mucho la energía que se siente... Yo espero que la broma de mi papá les alegre el día, hasta ahora la despedida ha sido todo menos alegre... Vamos a ver viejito si podemos sacarles una sonrisa a estos pobres amargados. 

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No sé cómo explicar lo que acaba de pasar. Todo ocurrió demasiado rápido...

No he logrado asir todo lo que ha pasado; además, el ruido, las bocinas, el llanto de mi mamá y de Arturo, no me dejan pensar. Nunca había visto algo así en mi vida, me parece un escenario absurdo. La gente en la calle se para a mirar lo ocurrido, el tráfico ha empezado a trancarse - y la flota de honor a mi papá, ahora es una fila llena de horror observando la situación - La verdad no estoy seguro cómo sentirme ¿Debo enfadarme? ¿Ponerme triste? ¿Pedir justicia?... no... finalmente... en términos generales... no pasó nada grave...¿Verdad? 

Me da vueltas la cabeza, no estoy seguro.

A ver... íbamos en el carro por la autopista sur camino al cementerio del Apogeo. Mi tío estaba contándonos cómo fue el entierro de mi abuelo o más bien, me estaba contando a mí, porque ni Arturo ni mi mamá le estaban prestando mucha atención - Y menos mal, porque la historia era más bien deprimente -. Yo había abierto un poco las ventanas, porque el calor que estaba haciendo adentro era insoportable - además quería oxigenar un poquito esa mala vibra que había -. Íbamos detrás del carro funerario y... de pronto... en la mitad del relato de mi tío vimos como... vimos como... Si... vimos como una tractomula salió a toda mierda por una de las calles y... bueno... eh... se llevó por delante el coche fúnebre y pues... mató a mi papá...o bueno, más bien, lo remató - nunca mejor dicho.

¡Claro! Aunque el camionero intentó frenar, la hijueputa tractomula se llevó la parte de atrás del coche y lo hizo dar varios trompos. Las latas quedaron todas estrujadas, y ni una sola ventana se salvó. Y... por supuesto, el ataúd debió quedar hecho trizas - o una parte de él -. El conductor de la tractomula quedó muy lastimado, pero está consciente y no se ve que tenga nada letal, mientras que el del coche fúnebre tuvo algunas contusiones pequeñas, pero ahí está de pie, casi "ileso". El que se llevó la peor parte fue mi papá... no me he atrevido a ir a ver cómo quedó... y no sé si quiera ver. 

Ahorita no sé qué hacer, todo el mundo está en shock, mi mamá y Arturo están llorando desconsolados,  mi tío está pálido y no ha dicho una sola palabra. Algunos de mis familiares y conocidos de mi papá se han bajado de los carros y lo único que hacen es llevarse mano a la frente o a la boca y hacer una expresión de impresión o angustia. Lo único que se me ocurre es llamar a la policía y esperar... ¿Qué más hago? La situación es muy extraña. 

Se me acercaron algunos familiares y amigos a decirme "¡Denuncia!" ¿Qué voy a denunciar? ¿Necromicidio? - Hola señor agente, vengo a presentar cargos contra un tipo que mató a mi papá muerto-. Ya la funeraria presentará los cargos que tenga que presentar, yo no creo que valga la pena meterse ahorita en ese mierdero...

Ya varios me llamaron a preguntarme ¿Bueno y qué va a pasar con el entierro? ¿Qué va a pasar con el entierro? ¡¿QUÉ VA A PASAR CON EL ENTIERRO?! ¡Qué voy a saber! Además ¿Por qué me toca tomar la decisión a mí? Es el esposo de mi mamá, es el tío de Arturo, es el hermano de mi tío, ¡Es algo de cada uno! Además, ya me atreví a ir a ver...y... Del cuerpo solo quedaron... las piernas... No puedo enterrar unas piernas... ¿Qué tanto son las piernas de una persona?... Uno podría decir que el corazón, el cerebro, el rostro, eso es más de una persona que... LAS PIERNAS... "Aquí yacen las piernas de Ernesto Paredes Parra, grandes piernas, bonitas ellas"

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Decidimos ayer en la noche con mi mamá que vamos a cremar a las piernas de mi pa.... vamos a cremar a mi papá y luego veremos qué hacemos con las cenizas. Llamamos a los que pudimos para avisarles que se canceló el entierro -  Bueno al tal Mauricio no lo llamamos -... He tenido tiempo para pensar todo lo que ocurrió y creo que... para mi papá fue mejor que pasara todo esto y que su despedida no siguiera siendo ese despliegue de tristeza y solemnidad. Yo soy más bien escéptico, pero no deja de pasarme por la cabeza que todo lo que ocurrió, fue que mi papá se negó a que la gente siguiera haciendo de la celebración de su vida lo que se le diera la gana y tuvo que intervenir. Si algo queda claro es que fue un funeral inolvidable y espectacular, porque si, fue todo un espectáculo, yo creo que cuando hicieron el levantamiento del cuerpo - o pues... de la mitad correspondiente - los de la fiscalía tomaron más fotos de las debidas porque eso no se ve todos los días.

Pero si me queda un sinsabor... Hoy tuve que ir a recoger la lápida, la tengo en el baúl del carro y no sé qué hacer con ella. No voy a ponerla en un sepulcro junto con las cenizas porque, ya después de todo lo pasado, me parece un irrespeto con mi viejo - y ahora sí, que respeto a ese irrespeto - pero si me da cagada que nadie la haya visto, era un buen chiste. Pero si no la pongo en un sepulcro... ¿Dónde? ¿La cuelgo en mi cuarto? ¿La pongo de tapete a la entrada? ¿La uso de individual para la mesa? - No creo que ninguna de esas ideas le hagan mucha gracia a mi mamá - y lo mismo con las cenizas, no combinan mucho con la estética de la sala... 

Y... ¿Qué tal si monto una rumba la hijueputa aquí en la casa alrededor de mi viejo, invito un montón de gente - menos a Mauricio - y pongo la lápida a la vista de todos?... Y hacemos tanta bulla como pa despertar a mi viejo en esa despedida. 

Me parece una excelente idea -lástima que lo vayamos a cremar, porque con esas piernas mi papá podría pegarse tremenda bailada.

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