Quiero hacer un compendio de meditaciones al estilo Marco Aurelio, solo que sin ser emperador... ni haber sido formado en el estoicismo... Diferencias mínimas...
Bueno... Estos son aforismos de mí pa mí. Me gustaría ir escribiendo varios en el tiempo, por lo que este es el primer compendio de lo espero que sean varias partes. - Agosto 2024
1- Es mejor hacer y fracasar, que no hacer por temor a fracasar. De lo primero se aprende, de lo segundo se lamenta.
2- Sentirse bien también es un hábito. Habituar el pensamiento a la gratitud ayuda a dejar de dar por sentado lo que hace la vida mejor y a poner en perspectiva las circunstancias que dificultan el día a día. Es igual de importante reconocer los matices de lo que trae paz que reconocer los matices de lo que inquieta.
3- El pensamiento sostenido en el tiempo permea la emoción y al contrario. Pensar verbalmente y sentir corporalmente son solo dos maneras en las que se transitan los acontecimientos del contexto. No deben considerarse de manera independiente.
4- Las decisiones sin riesgo no existen. Todo decidir implica una pérdida, algo se suelta, algo se toma. Arrepentirse es inócuo, pues la decisión equivocada en sí misma puede ser insumo para identificar el error. Los "qué hubiera pasado sí" nunca traen algo que ayude a vivir mejor. Al reconocer un error es mejor evaluar si algo se puede hacer para enmendarlo, en lugar de invertir energía en reflexionar por qué no fue de forma distinta.
5- Si Dios existe no tiene sentido explicarlo ni por la ciencia ni por la lógica. Dios se entiende como experiencia y no como teoría. La experiencia de Dios es real haya o no Dios.
6- No hay que juzgar con severidad a quien comete un error evidente una y otra vez. Incluso si está claro que le hace daño. Nadie sabe el universo emocional que esté atravesando y aún cuando tenga todas las herramientas para salir de algún estado desfavorable, nadie más que esa persona tiene la potestad de hacerlo... De nada sirven juicios relacionados con el deber ser en esas circunstancias.
7- La duda tiene gran valor antes de tomar la decisión. A posteriori pierde gran parte de su valía y corre el riesgo de volverse carga. Cuando el sentir y el pensamiento tienden hacia el mismo lado, no hay necesidad de darle paso a la duda. Cuando parece que el sentir se opone a la cabeza, vale la pena entrar a descomponerlos y ver qué parte de este comulga con qué parte de aquel. Las emociones y los pensamientos suelen ser múltiples y así de múltiples pueden ser las relaciones entre estos. Vale la pena entender qué emoción está conectado con qué pensamiento, de ese modo que sea posible mitigar esta aparente desconexión y guiar la decisión. Ninguna decisión es enteramente racional o enteramente emocional... Justamente porque ambos aspectos se alimentan dialógicamente.
8- Ante escenarios de incertidumbre, acude al diálogo con un otro, la sola acción de conversar permite poner las circunstancias en perspectiva, sea porque la acción de convertir la emocionalidad en un acto locutivo requiere cierta necesidad de organizar y entender el caos emocional, sea porque las observaciones del interlocutor pueden aportar horizontes no explorados.
9- No caigas en la trampa de rodearte únicamente de personas que piensen muy parecido a ti. Rodeate de diferencia para, por un lado, aprender, por otro, evitar normalizar tanto lo beneficioso como lo desfavorable. Qué tengas claridades no significa que sean de común conocimiento o consideración. Ahora bien, que rodearte de diferencia no signifique rodearte de malestar. La diferencia solo es provechosa cuando hay respeto y apertura al diálogo.
10- Si no quieres y no estás seguro si es provechoso... no lo fuerces. Si no quieres, pero consideras que podría beneficiarte, escucha qué pensamientos y emociones participan detrás de esa noción de provecho. Es posible que no halles las respuestas en el contexto inmediato, pero sí en uno que ya examinaste anteriormente y eso puede motivarte a decidir. Si quieres... Y no sabes si es provechoso, opera parecido al caso anterior: no busques solamente respuestas en los pensamientos y emociones inmediatos, sino acude también a otras que con anterioridad pensaste y sentiste y te permitirá ponerte en perspectiva.
11- El provecho o valía de una acción se medide a priori en lo que consideres que tendrá mejores efectos en el tiempo. A posteriori, considerando qué malestares o beneficios trajo la acción consigo. Saber que algo es provechoso o desfavorable nunca será garantía de tomar una buena decisión, sin embargo, las experiencias pasadas en situaciones similares, pueden ser buenas guías para decidir... Pero son solo eso, guías, no tengas miedo al error y no te latigues por "no hacerte caso". Toda acción se vuelve en sí misma experiencia para futuras decisiones.
12- Decidir en circunstancias desconocidas o con poca información es difícil. Confía en tu intuición para estos casos. Solo elige la inacción cuando la intuición te lo diga y no cuando el miedo lo imponga.
13- La ira es una emoción que siempre se debe permitir salir... Pero no siempre in situ. No dejes que la ira se reprima pero encuentra modos de tramitarla, como volverla arte o convertirla en texto. Si estás molesto siempre hazlo saber, pero elige correctamente cuándo debes pemitir a la ira desfogarse frente a otro.
14- Cuando no sepas sobre un tema, escucha y pregunta. Sé humilde con lo que no sabes o no dominas. De lo contrario te pierdes la oportunidad de aprender.
15- Conecta frecuentemente con lo que te hace bien. Si lo disfrutas y te ayuda, no hay razón para no hacerlo cuando se de la oportunidad.
16- Aplazar la dificultad solo la hace más difícil.
17- Ante las situaciones que se van por caminos radicalmente opuestos a los planeados, vale más, en la medida que sea posible, tomar aire que tomar decisiones apresuradas sobre la marcha. En caso de que la decisión se muy apremiante y necesite de acción inmediata o urgente, conviene atender a la intuición y reflexionar a posteriori. De nada sirve en la urgencia dudar. Hay que saltar al vacío si no hay posibilidad de tomar el tiempo de pensar bien las variables.
18- Conviene evitar a toda costa hablar mal gratuitamente de otro. Hablar de los defectos del otro cuando no hay necesidad, solo produce malestar. Ya cada uno tiene sus propios defectos que sí puede atender y trabajar, es infructuoso dedicar mucha energía a atender los de los demás.
19- Con las personas de confianza si es de llorar se llora, si es de reír se ríe. De nada sirve guardar apariencias con los cercanos.
20- Entre más difícil la decisión, mayor es el alivio al tomarla.
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