Me suelo sentir como un arco tensado, que no ha encontrado blanco.
A veces me siento como energía despilfarrada, como deseo de todo, pero inconcluso.
Tengo ganas de no sé qué, coqueteo con este u otro proyecto, soy viento, pero hay días que quiero ser tierra, raíces, no para anclarme, sí para florecer.
Echo raíz poco profunda, florezco pero las flores se la comen las pestes, los gusanos.
Muero y renazco a diario, siempre vuelvo a la vida, pero hay días en los que no quiero morir, hay veces que no quiero ser discreto, me canso del corte, corte, corte, terminar y empezar, terminar y empezar, a veces solo quiero empezar y seguir, aplazar el final, renacer es un acto de belleza, pero consume cantidades ingentes de energía.
No quiero forma definida, pero si quiero consistencia. Quiero fluir como el río, no como el agua derramada.
Siento a diario como se estancan en el pecho lágrimas que aún no son derramadas. No da el tiempo de llorar por el pasado, porque el futuro ya exige su atención. Siento a diario que se estancan las celebraciones en el pecho, no da el tiempo de celebrar el pasado, porque el futuro ya exige su atención.
Pausa, quiero ser pausa. Pausa, para tomar aire, pausa para hidratarme, pausa para recuperar el aliento. Quiero ser pausa, no fin.
Hay algo en el pecho que quiere salir, hay algo en el cuerpo que grita, ¿Qué grita? Pausa para escuchar el pecho, pausa para recibir sus indicaciones, pausa para no morir, pausa para que solo renazca cuando quiera, no porque me toca.
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