Hay una sombra que tengo por dentro. Es una sombra que tiene garras y colmillos, las tiene para protegerme, pero cada vez que las muestra me rasga las entrañas. Se despliega cuando me siento pequeño, aparece cuando me siento incapaz: "si no te sientes suficiente, vamos a hacer insuficiente a los demás". Habla pestes, encuentra grietas y fallos en los demás, lanzo veneno para reducir a mis adversarios, no para dañarlos, para igualarlos, el gusano que critica a la mariposa por no arrastrarse con habilidad. "La mariposa vuela porque no puede arrastrarse". El problema es que el veneno corroe mientras sale del cuerpo. La sombra me captura, me vuelve fiera, me vuelve miedo, me vuelve rabia. No tiene mala intención, pero destruye más de lo que construye. La sombra acciona desde lo que no tengo o no soy, para ver lo que no tienen o no son los demás. Pero soy tanto que la sombra no ve: si la sombra supiera todo lo que tiene que opacar en mí, para opacar a los demás a lo me...
Me suelo sentir como un arco tensado, que no ha encontrado blanco. A veces me siento como energía despilfarrada, como deseo de todo, pero inconcluso. Tengo ganas de no sé qué, coqueteo con este u otro proyecto, soy viento, pero hay días que quiero ser tierra, raíces, no para anclarme, sí para florecer. Echo raíz poco profunda, florezco pero las flores se la comen las pestes, los gusanos. Muero y renazco a diario, siempre vuelvo a la vida, pero hay días en los que no quiero morir, hay veces que no quiero ser discreto, me canso del corte, corte, corte, terminar y empezar, terminar y empezar, a veces solo quiero empezar y seguir, aplazar el final, renacer es un acto de belleza, pero consume cantidades ingentes de energía. No quiero forma definida, pero si quiero consistencia. Quiero fluir como el río, no como el agua derramada. Siento a diario como se estancan en el pecho lágrimas que aún no son derramadas. No da el tiempo de llorar por el pasado, porque el futuro ya exige su a...