-Señor...¿tiene permiso para cargar esa pistola? - dijo el policía con desconfianza. - No, no lo tengo. - ¿Usted sabe que eso es porte ilegal de armas no? - Si, oficial - respondí sintiendo como la ira se iba acumulando en mi diafragma - Por favor entregueme el arma y me temo que va a tener que acompañarme. - No puedo hacer eso oficial. -¿Disculpe? - No puedo hacer lo que me dijo y le ruego que por favor me deje en paz - el hombre frunció el ceño - Señor, es que no fue una sugerencia, yo soy la autoridad y le estoy dando una orden. No me haga hacerla cumplir por las malas. - oficial, usted no entiende, no le puedo entregar esta arma - apreté los dientes intentando mantener la calma - por el bien de todos oficial, déjeme en paz - El policía me dirigió una mirada de enfado, desenfundó su revolver y apuntó a mi cabeza - Deme...el...arma - Alcé la mirada sumamente irritado - ¡Jueputa! - tom...
Digo puras mentiras y las paso por verdades... O digo puras verdades y las paso por mentiras... Depende, como todo en esta vida, del ojo que lo mire.